El recorrido comienza en los años 40-50 del siglo XX. Por aquel entonces, el barrio estaba formado por dos núcleos: Barrio Zofío, del que la señora María a sus 90 años ha recuperado algunos recuerdos y Germana de Miguel nos ofrece sus relatos, “cuando el Zofío no era más que un manojo de casas bajas, con sus gallinas, su perro, su huerto, su jardín…”
El otro núcleo de la colonia del Zofío, de la que un informe posterior (Zofio, “colonia de absorción”) de la Asociación de Vecinos La Comunidad presenta algunos relatos.

Poco después se iniciaría uno de los grandes cambios socioeconómicos en la historia de la sociedad española. Cambios originados por el crecimiento urbano y el éxodo agrícola, debidos, a su vez, al fuerte crecimiento industrial.
Desde el final de la Guerra Civil, en 1939, el gobierno español había seguido una política económica basada en la autarquía. Consecuencia de esa política, en 1959, España era, junto a Portugal, el país más pobre de Europa Occidental, a pesar de un ligero avance en la producción que se había vivido desde 1950.
Un nuevo gobierno emprendió el camino para poner fin a esta política autárquica. Y comenzó una liberalización de la economía, cuyo primer peldaño lo encontramos en el Plan de Estabilización en 1959, y la creación en 1962 del Comisariado del Plan de Desarrollo.
Las empresas centroeuropeas fueron entrando en España, buscando mano de obra barata, domesticada por 20 años de dictadura y sin organizaciones sindicales y vecinales que defendieran los derechos de los trabajadores.
Este cambio en la política económica tuvo importantes consecuencias para el conjunto de la sociedad. Fue generando un proceso intenso de urbanización y abandono de la secular vida rural con su cultura y tradiciones. Las ciudades de Madrid, Bilbao y Barcelona fueron las que más población acogieron.
Tanto la vida cotidiana de las gentes, como la fisonomía de las ciudades experimentaron una profunda transformación. Cambiaron de forma radical las formas de vida y las expectativas de una parte importante de los ciudadanos, sus usos y costumbres y la propia mentalidad de los protagonistas.
Estos cambios se dieron a costa de muchos trabajos y privaciones. En cuanto a la vivienda, hay una primera etapa de chabolas levantadas de la noche a la mañana, sobre suelos rústicos divididos por los propietarios en pequeñas parcelas. Ocupadas por varias familias sin ningún tipo de servicios ni infraestructuras básicas (agua, luz, alcantarillado…).
En una segunda etapa se construyen promociones de vivienda pública llevadas a cabo con prisas, con escasos recursos. El Instituto Nacional de la Vivienda desarrolló un plan en el que contemplaban la puesta en marcha de dos tipos de construcciones: Poblados de Absorción y Poblados Dirigidos, que buscaban realojar a los habitantes de las chabolas.
Los Poblados de Absorción eran la etapa previa a los Poblados Dirigidos y tenían un carácter provisional; como paso intermedio entre la infravivienda y el Poblado Dirigido, sustituían a las chabolas por viviendas muy modestas, utilizándose por lo general la fórmula del alquiler.
Uno de estos poblados de absorción fue la Colonia Zofío, de la Obra Sindical del Hogar. Sus viviendas tenían una superficie de 30/35 metros cuadrados y la media de miembros de las familias que vivían en ellas era de 5 personas; en algún caso hasta 15.
En los años 70, sólo veinte años después de una construcción tan precaria, sus condiciones eran lamentables: grietas en interiores y exteriores, humedades, etc. y de esta situación hizo eco la prensa del momento.


La formación del barrio
Los vecinos se organizan
El barrio cambia
Nuevos rostros en Zofío
La lucha sigue…